lunes, 4 de febrero de 2013

Ego, pero del bueno

The Stone Forest - Madagascar - 

Es tan importante apreciar las buenas compañías como apreciar la soledad. Quiero adentrarme en un bosque de rocas, donde los rayos del sol formen juegos de sombras singulares o se filtre la luz de la luna y haga brillar de manera enigmática y bella las superficies que se interponen en su trayecto. Dar el primer paso con la mente llena de las cosas triviales y rutinarias; caminar y, poco a poco, dejar atrás los ruidos e interferencias del exterior, de la realidad, y comenzar a percibir los latidos de tu corazón y las cosas que realmente son importantes. De modo que, al salir, te regeneres como el fénix que renace de sus cenizas. Muchas veces basta contigo mismo para reincorporarse tras los baches de la vida.

Sólo tú eres capaz de sentirte tú mismo en el bosque de rocas. Me imagino un laberinto en el que la salida es irrelevante, sólo quieres caminar por él, torcer por donde el azar prefiera. Me encantan esos lugares donde puedes evadirte y reír si quieres, llorar si lo necesitas, o crear, sacar lo mejor de ti, el yo secreto que todos tenemos. Por eso es tan importante saber que puedes contar contigo mismo. Tus pasos ya te llevarán a la meta cuando el alma lo crea conveniente.

Cuando paseo por estos bosques no me hace falta nada más; la música que me reconforta se encuentra en el entorno, a mi alrededor puedo ver todo lo que me apetece ver, puedo inhalar un aire cuya fragancia me deshinibe, todos los pensamientos e ideas que acuden a mí entonces alegran y sacian mi apetito, y notar el tacto  rugoso y sedoso de las rocas y los árboles me hace sentir arropado, como en los brazos de un ser protector. Allí estás protegido.

Cuando llego a una ciudad nueva, siempre me pregunto si habrá en ella un bosque de rocas. Pero un bosque de rocas para MÍ en especial, que pueda contar con él cuando me apetezca. Y supongo que así será, a veces cuesta encontrarlos, pero vayas donde vayas y vivas donde vivas, habrá un lugar perfecto que te libere por unos instantes, y es crucial encontrarlo para sentirse a gusto. ¿Conoces tú tu bosque de rocas particular?




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